Herramientas para acompañarte en tus rituales y procesos

Ética espiritual y respeto por el otro en las sesiones intuitivas

Sobre el arte de no invadir: Ética espiritual y respeto por el otro en las sesiones intuitivas

Por Cami de Tienda Velarte


Hay preguntas que no se hacen. No por temor, ni por falta de herramientas, sino por ética. Porque el alma, como jardín sagrado, no debe ser pisada sin invitación. En el ejercicio de la mediumnidad, del tarot, de las runas o cualquier práctica oracular, sostengo una premisa sencilla y poderosa: no se pregunta por otras personas sin su consentimiento.


A lo largo de mi camino como bruja y canal, he sentido profundamente que ingresar en el campo energético de otra persona sin su permiso es una forma de invasión. No sólo puede desequilibrar la energía del consultante, sino también interferir en la evolución de quien consulta, alimentando la ilusión de control sobre lo ajeno. Esta postura, que para mí es una brújula ética, también encuentra eco en las enseñanzas de Allan Kardec, codificador de la doctrina espiritista.


En El Libro de los Médiums, capítulo XXVI, Kardec afirma que "los Espíritus superiores responden con gusto a las preguntas que tienen por objeto el bien y los medios de hacer adelantar. No escuchan las preguntas frívolas". Y entre esas preguntas frívolas podríamos ubicar aquellas que buscan información sobre otros, por mera curiosidad o deseo de control. Kardec también advierte que insistir en obtener este tipo de respuestas puede abrir la puerta a entidades espirituales burlonas o poco elevadas, que se prestan a la confusión y al engaño.


Desde esta mirada, el respeto por el libre albedrío y la privacidad del alma es un valor inquebrantable. El mundo espiritual no es un oráculo al servicio de la curiosidad, sino un espacio de crecimiento, sanación y evolución. Preguntar sobre la vida, las decisiones o los sentimientos de alguien que no está presente, que no ha abierto su campo energético, es un acto que se aleja de la luz.


La ética espiritual no sólo protege a quien podría ser objeto de una consulta ajena, sino también a quien pregunta y a quien canaliza. Porque cuando traspasamos límites sin permiso, no sólo vulneramos, sino que también nos enredamos en energías que no nos corresponden. Y todo lo que no se hace desde el amor y el consentimiento, vuelve.


En las sesiones de Tienda Velarte, cada encuentro es un ritual de respeto. Si alguien quiere saber sobre otra persona, la respuesta es clara: podemos explorar por qué necesitás esa información, qué parte tuya busca entender, sanar o soltar, pero no accederemos a lo que no fue entregado desde la voluntad.


Porque ser canal no es tener poder sobre el misterio del otro. Es ser guardiana del velo, del silencio sagrado, del límite amoroso que cuida y honra el alma ajena.


Y en ese respeto, florece la verdadera magia.



Mi carrito